Si bien la mecánica del hecho y los testimonios de los allegados a la víctima apuntan a reforzar la versión del asalto, funcionarios policiales admitieron en las últimas horas que existía o había existido una relación personal entre el decorador y al menos uno de los sujetos que participaron del crimen.
“No fue un crimen pasional”, aseguran los amigos de Lanzavecchia y, en cambio, se inclinan por la hipótesis del robo.
El jefe de la DDI de La Matanza, Marcelo Chiebrau, reveló que Lanzavecchia efectivamente tenía “un vínculo personal” con uno de los detenidos de nombre Roberto, de 27 años de edad.
“No sabemos si tenían una relación sentimental, pero sí que se conocían hace tiempo y que, de hecho, fue esta persona la que llevó a los otros dos, que sí eran desconocidos para el florista”, dijo en declaraciones periodísticas.
La policía maneja actualmente varias versiones que alientan la teoría de un asesinato por cuestiones pasionales o personales, en detrimento del intento de robo.
Una refiere a una reunión en la casa de Lanzavecchia, que iba a darse en el momento en que se produjo el incidente que derivó en su muerte. Incluso, se sospecha que el propio dueño de casa habría dejado entrar a su casa a los individuos porque los conocía, o cuanto menos a uno de ellos.
La otra, que el ataque fue perpetrado con la intención de afectar a Lanzavecchia (uno de los detenidos dijo que no quisieron matarlo sino ponerlo fuera de combate, lo que se investigará) por una vieja rencilla. Dentro de las posibles razones de la disputa se encuentra un posible encuentro sexual con alguno de los verdugos del florista, por el que se había arreglado una suma de dinero que luego no se cumplió.
Víctima. Gustavo Lanzavecchia tenía 32 años.
Los pesquisas también creen posible que la mentada “reunión” que los cuatro hombres mantuvieron (los tres atacantes y la víctima) fue una excusa para perpetrar el robo. “No tenemos ningún indicio de que haya sido una fiesta sexual. Si bien es verdad que el fallecido tenía puesto sólo un traje de baño (una zunga), era lógico: había una pileta en la casa. En tanto, todos los presentes, incluido el policía herido, estaban totalmente vestidos”, dijo Chiebrau. Por otro lado, fue descartado el consumo de drogas en la casa de Lanzavecchia.
El policía
En esta investigación también comienza a tallar el uniformado Javier Álvarez Auer, herido en el ataque contra el empleado de Susana Giménez. ¿Cuál fue el verdadero rol que cumplió Álvarez en el incidente”.
Fuentes de la causa remarcaron que era muy probable que los tres agresores no supieran que el cuarto “invitado” era miembro de la Policía Bonaerense y que “tirado en el piso y atado con precintos, cuando sonó el timbre, Lanzavecchia habría dicho que, quién esperaba tras la puerta era policía”, entonces los delincuentes se enloquecieron y todo derivó en una tragedia.
Álvarez Auer llegó a la casa de Lanzavecchia en el momento en que él estaba con los que a la postre serían sus asesinos. Oficialmente, se dijo que lo había hecho para ver un auto Volkswagen Bora que el dueño de casa había puesto en venta.
Hasta el momento, los investigadores detuvieron en Merlo al “conocido” del decorador y a un joven de 19 años, otro de los acusados, en sus respectivas viviendas. El tercer implicado está prófugo, pero “perfectamente identificado”, según la DDI de La Matanza.
En la casa de los hombres se secuestró un arma de fuego, armas blancas, ropa, una peluca y un microondas, elementos sustraídos de la casa de Lanzavecchia.
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