Días atrás habíamos referido a la desaparición de dos hombres en la ciudad de Berisso.
Anticipamos que la aparición de la camioneta abandonada -en la que habían ido a pagar una deuda cuando fueron vistos por última vez- era un mal presagio. Lamentablemente, se cumplió. Luis Antonio Rossino, 54 años, policía jubilado, y su amigo Germán Ignacio Kierniscki, de 33 años, fueron encontrados asesinados en un basural de La Matanza (justamente, a donde habían ido para saldar cuentas con vaya a saber qué mafioso, evidentemente). Estaban baleados y sus cuerpos ocultos adentro de bolsas de consorcio.
Habían desaparecido el 16 de octubre. Los buscaron intensamente, incluso con buzos tácticos en el fondo del Riachuelo.
La foto la saqué de La Nación, donde al caso le dieron la importancia de ... 3 párrafos. Una magnitud equivalente a la atención que puso sobre el hecho la Policía, o al menos, a los resultados que se obtuvieron hasta el momento de la investigación.
Debajo de la foto, un comentario de una lectora era absolutamente esclarecedor. "La gente de Berisso, parece, no se indigna tanto ni hace marchas como la de San Isidro". No más preguntas, su Señoría.
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