viernes, 17 de octubre de 2008

El arte de la negación

Al escuchar las palabras del ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández -siempre tan ubicadas, afirmando que el delito baja y baja cuando se lo consulta por el crimen de un carnicero en un asalto-, uno no puede sino caer en una reflexión, que no es nueva, pero alarma por lo sostenida que es en ámbitos oficiales: la negación total de la realidad que constituye la inseguridad.

Hilando un poco más fino, la actitud del gobierno kirchnerista hacia los temas que no puede resolver -o no quiere, vaya uno a saber por qué motivo- es siempre la misma. Negar la cosa, desconocerla, incluso descalificar al periodista que (cuando se dignan a escuchar sus preguntas) plantea el tema.

Falta Mingo. Porque a Aníbal lo tenemos, y él ya dijo que trae los fantasmas.

Pasa con la inseguridad, y también con la inflación. Y la herramienta utilizada para intentar sostener esa postura es la estadística de dudosa reputación, tanto la que difunde el INDEC con respecto a los aumentos de precios como la que pretende enrostrar Fernández cada vez que matan a un inocente. ¿No se dan cuenta que la gente ya no les cree? ¿O en serio piensan que alguien puede llegar a comprar esos buzones?

Si son tan inteligentes para crear toda esta maraña de mentiras con las que buscan ganarse a la opinión pública, también deberían serlo para entender que el mismo esfuerzo les costaría diagramar políticas de gobierno para empezar a solucionar los problemas en serio. ¿O no?

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