No deberá quedar como una víctima de las circunstancias. Genoud debía enfrentar en breve el juicio oral en el que estaba imputado por el cobro de sobornos para aprobar la Ley de Reforma Laboral impulsada por De la Rúa. La decisión estuvo a cargo del juez federal Daniel Rafecas, quien dio por probadas las coimas e identificó a Genoud como uno de los hacedores de la maniobra.
Genoud. Tenía 60 años, esposa y tres hijos.
Nelson Reynoso, amigo y ex secretario privado de Genoud, aseguró que el suicidio "no tiene nada que ver ni con la política, con las supuestas coimas en el Senado, ni con ninguna enfermedad", sino con "una cosa de índole personal", una "noticia muy triste por la que estaba muy apenado". Se negó a revelar de qué hablaba.
En un sentido diametralmente opuesto, el titular del bloque de senadores radicales, Ernesto Sanz, afirmó que el ambiente político mendocino considera que el suicidio de Genoud está vinculado al "estado de ánimo" del ex legislador por su procesamiento en la causa de las coimas. "Todos suponemos que esta decisión tiene que ver con su estado de ánimo o su situación psíquica fruto de ese episodio", puntualizó Sanz.
Es lo más lógico. Los políticos viven de su imagen pública y la de Genoud, después de vinculárselo con las coimas, cayó hasta el subsuelo. No pudo continuar su carrera en ningún cargo (faltaba más) electivo o no, y eso para una persona que vivió siempre del Estado es terrible. No iba a resistir ser condenado en un juicio que, posiblemente, lo llevaría a la cárcel. Decidió no pasar por eso. Y encontró la salida en una nueve milímetros.
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