Aunque, de hecho, buena parte de lo que se afirma en el marco de esa investigación es cierto, la pregunta que cabe hacerse es: ¿recién se sabe todo esto? ¿Todo este bagaje de información, de conexiones, de fronteras abiertas, se conoce desde ahora nomás, después que mataron a estos tres tipos?
Parece que sí. Y que, hasta el momento, las vinculaciones de la industria farmacéutica con el narcotráfico eran desconocidas. Pero, retrotrayéndonos algunos años atrás, con la información que hoy tenemos podemos darnos cuenta fácilmente que algunas señales había, que algo pasaba entre Argentina y México, y pasaba bastante antes de que Sebastián Forza se convierta en el empresario más famoso del país post mortem.
A nadie le sorprendió la llegada, a fines de los ´9o, de una gran cadena de farmacias mexicana y, al poco tiempo, el arribo de otra megacompañía, del mismo rubro y capitales de la misma nacionalidad. Ambas protagonizaron una encarnizada "disputa comercial" que derivó en la huida de una de ellas de la Argentina. Ah!! El dato curioso y que no puede faltar (gracias a Jorge Gollan, amigo, por ser la fuente) es que los dueños de ambas cadenas son... hermanos.
Poderoso el chiquitín.
Para el que no sepa, el negocio de estas cadenas era (o es, para una de ellas) comprar remedios a muuuy bajo costo, de laboratorios híper desconocidos y competir con las farmacias locales con precios más bajos.
Sólo en México, una de estas cadenas (supuestamente a la que le va mal y se retiró del mercado argentino) tiene 2.810 farmacias, una facturación de 300 millones de dólares y ganancias netras (declaradas, eh) por 30 millones de dólares.
En México, la industria farmacéutica creció notablemente en los últimos años, al mismo ritmo que el narcotráfico. Y no son pocos los que sospechan de que en algunas ciudades de ese país se instale una farmacia cada tres locales.
Sería bueno que a alguno se le ocurra, acá o en el país del Chavo, investigar el origen de estas megasupercadenas de farmacias, que se instalan con todo en un país y a los cinco años levantan campamento como si nada pasara.
Así como a muchos les sorprende el capital con el que contaba Sebastián Forza, y luego se supo el presunto origen del mismo, también debería cuanto menos causar curiosidad el origen del poder económico de estas empresas. Sobre todo, cuando se descubren cada vez más vínculos entre la industria farmacéutica y el narcotráfico.
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