lunes, 5 de enero de 2009

Lo que Tarzia nunca dirá...

El caso del tráfico de efedrina ya tiene cinco muertos, todos en circunstancias más que extrañas. Tres asesinados, Forza Ferrón y Bina; un supuesto suicida, Ariel Vilán; y un detenido que penaba por una enfermedad y se sospecha no fue atendido como se debía hasta que fue demasiado tarde. Éste, Luis Marcelo Tarzia, el único preso que tenía preventiva firme y al que se le había encontrado una conexión seria con la droga, el único real acierto del juez Faggionato Márquez, ya no podrá aportar nada a la causa. Su silencio será perenne. Y la más perjudicada con esta muerte será la investigación, el camino a la verdad.
Tarzia era el cabecilla de la banda que fue desbaratada en una quinta de Maschwitz, Escobar, cuando se descubrió una cocina de drogas. En ese momento no había sido encontrado, pero luego cayó preso y se empezaron a descubrir sus conexiones con el caso de los tres empresarios asesinados. Sobre todo, de sus negocios con Sebastián Forza.
Julio Pose, ex guardaespaldas de Sebastián Forza, aseguró durante una entrevista a Clarín que éste le había comentado en repetidas veces que Tarzia "lo cagó" con un negocio de medicamentos (efedrina). Y que al día siguiente se iban a juntar a comer. Lo hicieron, a los tres días de aquél diálogo, junto a Ferrón, Bina y otros dos más (se presume que estaba Rodrigo Iturbe). Hablaron de festejar algo al otro día; ese día fue el 7 de agosto de 2008, cuando los tres desaparecieron y posteriormente fueron hallados muertos.


Sabía algo más. Tarzia se llevó a la tumba datos relevantes para la causa.

Pose dijo que Forza lo llamaba a Tarzia "tío Julio", señal de que había una confianza creada producto de la relación generada a través de los negocios. Tarzia está sindicado como el nexo entre Forza y los narcos mexicanos, con los que el fallecido traficante tenía relación directa. Se cree que Forza realizó algunas maniobras que "patearon el tablero" y le arrunió el negocio a varios que operaban como él. En esta compleja situación, Tarzia habría recibido su beneficio. Esto nunca fue aclarado por nadie.

Tarzia también poseía una oficina en las Torres Catalinas de Puerto Madero, las cuales fueron allanadas por la Policía en septiembre pasado. Se halló documentación que podría vincularlo con Forza, pero que no tienen demasiado valor esclarecedor si no media una explicación del propio acusado. Esa declaración nunca llegó.
El informe preliminar de la operación de autopsia realizada al cuerpo de Tarzia -de 63 años- determinó que murió a raíz de un “enfisema pulmonar”, que se habría agravado por la falta de atención médica. La hija de Jesús Martínez Espinoza, el presunto líder de la organización, dijo que “Faggionato Márquez logró asesinar a Tarzia.”
¿Cuál era la real participación de Tarzia en la organización de la que participaba Forza? ¿Qué grado de poder tenía en verdad? Si es que comandaba la mega organización de Maschwitz, ¿podía sólo ser un nexo de escasa autoridad en el negocio que derivó en las tres muertes? ¿Por qué se sospechará siempre que no se hizo todo lo humanamente posible para salvarle la vida, si aún quedaba mucho por contar?
Ahora, los secretos que aún escondía este hombre, que podrían echar luz al cada vez más olvidado caso de la efedrina, descansan indemnes en el cementerio Jardín de Paz de Pilar. Allí se quedarán para siempre.

No hay comentarios: